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domingo, 3 de junio de 2018

5 señales de que estás entrando en la crisis de los 25



La crisis de los 25 o crisis del cuarto de vida, es un episodio de alta desorientación juvenil que sucede alrededor de los 25 años (a algunos les pilla algunos años antes o algunos después). Si bien uno es socialmente adulto a los 18 años de edad, en la sociedad posmoderna es recién a mediados o finales de los 20 que se empieza a sentir la presión de "hacerse grande": ya hace una década que dejaste la escuela, ya acabaste tu carrera, el mundo laboral es inmisericorde contigo, uno que otro amigo de por ahí te dice que se casará pronto, etc. 

Si estás pasando por algunas de las líneas que verás a continuación, bienvenido:

1- 25 te suena un número poco feliz

Cuando tenías 19, el día de cumpleaños número 20 te venía fabuloso; también el día del número 21, 22, 23, hasta 24 tal vez. No te incomodaba para nada pasar a una nueva década. Sin embargo, llega el día en que te das cuenta que estás cumpliendo 25, 26 o 27... ¿esa no es la edad de los rockstars o actores en los que algún día soñabas que te convertirías? 

Y lo que es peor, luego buscas en Internet y te das cuenta que un considerable porcentaje de la gente que admiras o envidias es menor que tú. ¿Ellos son amados, altamente reconocidos y están en la cima?, ¿tú por qué camino andas? Se viene una crisis inminente.

2- Te ves al espejo y... ya no eres un pibe, chavo, chibolo, chaval o como sea que le digan en tu país a los jovenzuelos

Sino que, efectivamente, te ves como un hombre o mujer de entre 25 y 30 años, de esos que para los pubertos ya son señores. Revisas tus anuarios escolares, tus fotos de Facebook del 2009, 2010 o 2011 y te das cuenta de que el tiempo ha pasado más rápido de lo que imaginabas. Justo en este punto empieza la nostalgia por la adolescencia, la vida en la secundaria o los primeros años de la universidad.

3- Comienzas a comparar tu situación laboral y económica con tus demás compañeros

Ya acabaste la universidad y no te estás comiendo al mundo, sino que él te está devorando sin contemplaciones. Conseguir un empleo de lo que estudiaste es difícil, que te paguen decente es poco probable, y que no sean explotadores es casi imposible. 

Este es el punto de partida donde te comienzas a fijar más en tus amistades (las cuales se van distanciando, claro está) y te empiezas a deprimir porque parece que a casi todos les va mejor que a ti: siguen divirtiéndose como en la universidad, su trabajo parece mejor que el tuyo, se van de viaje de forma frecuente, varios se compran un auto, etc. ¿Y tú?

4- Inestabilidad de ideas y deseos de estabilidad en relaciones

No todos los que tienen la crisis de los 25 cumplen con este punto, pero sí una buena parte. Ante la ola de dudas que asaltan la mente, es común que muchos jóvenes comiencen a replantear ideas, radicalizar otras, no dar por sentado nada... es una montaña rusa de pensamientos sobre la vida. Asimismo, hay quienes empiezan a cuestionar seriamente sus relaciones con los demás (amistades y pareja, especialmente) y buscan vínculos estables.

5- Sientes una incertidumbre bastante grande sobre tu futuro

Bien, sigues siendo joven, pero al mismo tiempo eres un adulto en toda regla (estás en tus "casi 30"). Sabes que nada será como antes ni nadie te tendrá las mismas contemplaciones que cuando eras un adolescente. ¿Y sabes qué? Cada año, conforme mayor te hagas, más se esperará de ti. ¿Estás a la altura? No lo sabes, obviamente. Y es que incertidumbre es la palabra que describe mejor este tiempo por el que pasarás. 

Ya sean solo percepciones exageradas o tal vez ajustadas a la realidad, esta crisis es fundamental para tu maduración; es la transición entre la juventud y la adultez plena. Agradece que no has nacido en tiempos peores de la historia y ponte mano a la obra por arreglar tu vida. Con algo de suerte y mucho esfuerzo de tu parte, los años que vienen podrían ser los mejores de tu existencia. Ánimo. 

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