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viernes, 5 de enero de 2018

¿Cómo ser un joven rebelde en el siglo XXI? 5 formas


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1- No hacerte tatuajes

Hace milenios los tatuajes eran parte de la vida cotidiana de numerosas civilizaciones alrededor del mundo. Eran un distintivo geográfico, etáreo, civil, jerárquico, entre otras consideraciones según la cosmovisión y características de cada cultura. No obstante, esa costumbre terminó por casi desaparecer en la mayoría de pueblos civilizados a causa de la expansión de la cultura occidental.

Desde aquel momento disruptivo, los tatuajes quedaron relegados a la gente marginal (prostitutas, delincuentes, etc).  Esto se mantuvo así incluso durante el siglo XX; sin embargo, más o menos a partir de la mitad de ese periodo, dicha práctica comenzó a propagarse entre los adolescentes y jóvenes como una clara muestra de rebeldía, transgresión, "propaganda" antisistema, etc.

El tatuaje, como símbolo de rebeldía, duró aproximadamente medio siglo. Posteriormente, a principios del siglo XXI, se fue normalizando sin que casi nadie se diese cuenta. Hoy, en pleno 2018, tatuarse ya no es jerárquico ni rebelde, sino que es una banalidad de la que no todos se han percatado. Ahora cualquier panoli se tatúa apenas termina el colegio o ingresa a la universidad. Hasta en las iglesias puedes ver gente con un tatuaje bajo la manga.

Tatuarse, hoy en día, ya no significa absolutamente nada, solo monería, borreguismo o como sea que en tu país se le llame a quien sigue la corriente porque sí. Por ende, podemos decir que el nuevo muchacho rebelde es quien opta por no hacerlo. El rebelde del siglo XXI comprende -sin mucho esfuerzo- que sus amigos se tatúan por la misma razón que en la pubertad lloraban por los juguetes de Pokemon o Beyblade.

Piénsalo: el tatuaje es parte del sistema, los ves alegremente en Instagram, Facebook, anuncios en centros comerciales, etc. Dentro de algunos años serán tan cansinos y conservadores como ver imágenes de Jesús o la Virgen María en la puerta de tu abuelita.




2- Siendo indiferente al sexo casual y promiscuidad en general

Dentro de la historia moderna, la vida sexual promiscua (y su relación con lo que se entiende por "una juventud bien vivida") tiene pocas décadas de popularidad. En términos históricos, cincuenta o sesenta años no son nada. Sin embargo, a pesar de tratarse de una conducta reciente, follarse a medio se ha vuelto una regla bien consolidada -casi fascista- para toda persona entre los 18 y 30 años.

Para el nuevo establishment, si follas poco o nada, ya sea porque careces de dones de seductor, porque eres flojo para ligar, porque eres religioso, o lo que sea, eres un fracasado que desperdicia o ha desperdiciado su juventud. De ahí parte que te veas obligado a inventarte orgías que nunca tuviste, "amores" que no pasaron de ir a comer helados en la esquina, y relaciones sexuales en lugares públicos que en realidad fueron roces accidentales dentro del ómnibus.

Vamos, que ser un pichabrava o una ninfómana es la norma hoy en día, una norma que todos quieren cumplir pero que no todos pueden ¿Vas a permitir que el sistema actual defina tu felicidad y el rumbo de tu juventud por si coges y cuánto? ¿Quieres ser parte de esos borregos que se inventan sexo loco cada sábado en el bar?



3- Dejar de ser un atheus

Poner a parir a dios es otra expresión del sistema imperante. Está bien que no seas creyente, que la idea de dios te parezca irracional o incluso absurda. Sin embargo, hacer proselitismo ateo diariamente te pone al mismo nivel de esas tías que agregan a sus sobrinos al Facebook para etiquetarlos en imágenes cristianas con melosos mensajes positivos. Cansan, dan tirria.

El nuevo joven rebelde ha entendido que hablar puras pestes de la Iglesia (y ensalzar al islam en nombre de la tolerancia, qué paradójico) es tan absurdo como darle gracias a dios hasta porque no se atoró el baño esta mañana. Este muchacho incluso va más allá: le encuentra aspectos positivos al pensamiento religioso; logra reconocer públicamente su importante rol en el desarrollo de la civilización occidental; y no teme burlarse de los "sacerdotes" ateos que la ridiculizan sin mayor fundamento.



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4- Ser antiprogre (critica al feminismo, islamismo, LGBT, etc)

"En los días que corren, el antiprogresismo es el nuevo punk", fueron palabras del mismo Johnny Rotten, vocalista de Sex Pistols. Muchos dicen que el punk y su ideología han muerto; bueno, pues eso no es del todo cierto. En realidad, podemos decir que los motivos de protesta son otros: si antes se protestaba frente la cucufatería, hoy hay que protestar frente al libertinaje inconscuente; si antes había que quejarse ante la intolerancia, hoy es oportuno exponer los estragos de la tolerancia excesiva y las empanadas mentales que pregona la misma, como ser feminista musulmana y gay pro-islam, por citar simples ejemplos.



5- Renunciar al postureo y la felicidad barata en general

Vivimos en la dictadura de la felicidad y de los pensamientos positivos, el cual tiene como mandado dividir a la gente en personas de "buena vibra" y personas "tóxicas".  Si estás pasando por una mala racha o tu realidad - por factores que no dependen de ti- es una basura, estás obligado a ser un ejemplo de coraje y de sonrisas imborrables, porque de lo contrario eres un resentido, fracasado y débil.

Esta cultura de la felicidad forzada te obliga a perseguir la felicidad y exhibirla ante todo el mundo, ya sea real o un mero disfraz. ¿Quieres saber algo? las estadísticas arrojan que la gente de hoy es más infeliz y el consumo de antidepresivos se ha disparado ¿contradicción? Para nada, sucede que mucho se habla de lo que no se tiene.

El filósofo Torbe resume esto de la siguiente manera: "Cuando te has hartado de perder tanto el tiempo con el estúpido postureo subiendo fotos de ti, y haciendo ver a la gente que eres un triunfador, es cuando entonces recapacitas y dices: a tomar por c*l* todo".

Dentro del postureo también está, por supuesto, exhibir el porro que te vas a fumar, la coca que te vas a jalar, el trago que vas a secar ¿a quién le importa?

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¿Eres un borrego o un rebelde?

miércoles, 3 de enero de 2018

Los animales no son más nobles ni superiores que el hombre (¡5 jaque mates a los veganos!)


1- No tienen reparos en matar y comer a otros animales

Estas lindas criaturas no escatiman en darle sufrimiento a otros animales a la hora de alimentarse. Solo los muerden y despanzurran sin ninguna consideración, y lo hacen dándose su tiempo. No olvidemos tampoco a los clanes de fieras, entre ellos el macho alfa subyuga a los betas y se lleva a las hembras; estas, a su vez, no tendrán compasión con sus crías, pues las matarán ni bien otro nuevo macho alfa ocupe el mando.

2- Muchos actos malvados hechos por el hombre, son el pan de cada día en la naturaleza

Agredir o matar al más débil, dejar morir a la cría defectuosa, la pedofilia, el canibalismo, la promiscuidad, el incesto, incluso la necrofilia, entre otros, son actos que la justicia humana condena sin contemplaciones. Sin embargo, en la naturaleza son cosa de todos los santos días.

3- Las mascotas no sienten amor hacia sus dueños, solo apego por mera necesidad

Esto es más evidente aun en los gatos. Las mascotas no aman, o por lo menos no manejan esa abstracción al mismo nivel que los humanos. Y sí, tampoco odian, pero no odian por lo mismo que no aman, porque esas son capacidades humanas. 

4- No destruyen el mundo por lo mismo que tampoco lo construyen

Bastantes personas insisten en que los animales son "más buenos" que el hombre porque no contaminan, no hacen la guerra (supuestamente) y "no abrigan maldad en sus corazones". Pues siento decepcionarlos: estas criaturas no destruyen por lo mismo que no son capaces de construir, es decir, porque carecen de conciencia e intelecto. No confundas eso con nobleza.

5- Pero muchos parecen ser más inteligentes que los animalistas

Hoy en día está de moda decir que se quiere más a la mascota que a la pareja, que duele más la muerte de un cachorrito que la de cien humanos, que esterilizar a un perro es peor que legalizar el aborto, etc. Bien, ningún animal -si pudiera hablar- diría tamaña estupidez. Ellos priorizarían -como es natural- a sus crías por cualquier otra especie ajena. En ese sentido básico de supervivencia sí que nos pasan por encima. 

martes, 2 de enero de 2018

5 sensaciones típicas de un viaje con ácidos (acid trip - LSD)


1- Ganas incontrolables de cuestionar la realidad y todas las palabras

Consumir ácidos lleva parte de tu mente a una fase muy prematura de tu existencia, en donde recién estabas asimilando todos los conceptos relacionados a la realidad. Debido a esto, es común que un acid trip te lleve a un fuerte conflicto interior, el cual puede ser bastante pesado e incluso aterrador. Todos los prejuicios, ideas fuertemente arraigadas y demás conceptos que -para ti- definían tu realidad y la realidad en general, de pronto pierden todo fundamento y eso será un duro golpe para tu ego. 

Será una faceta que -según la persona-  puede ser entretenida, fascinante o verdaderamente angustiosa durante los puntos más altos del viaje.

2- Ciertas distorsiones visuales y glitches similares al vídeo análogo

De seguro has visto en las subculturas del Internet que la psicodelia está relacionada al vaporwave, la electrónica, el VHS, lo retro, lo colorido, los tonos magentas, etc. No es puro capricho, es algo que visualmente percibirás en mayor o menor medida durante el trip. Por momentos tus ojos sufrirán efectos similares a los errores de las películas análogas. 

3- Alucinaciones auditivas y la sensación de que puedes alterar el sonido


A parte de que los sonidos se vuelven más intensos y nítidos, hay alucinaciones varias, siendo la más peculiar aquella sensación de que tu alrededor respira, tiene pulso cardíaco o asma. Asimismo, muchos sonidos y palabras de la gente se repetirán, tendrá reverberación y sentirás que puedes acelerarlos o ralentizarlos casi a voluntad.

Bajo este estado, muchas de tus canciones favoritas te pueden sonar bruscas u horribles. Incluso serás capaz de distinguir defectos de ejecución o inexactitud de intervalos en piezas consideradas magistrales. Esto es algo que no podrás notar en estado de lucidez. 

4- Muerte del ego o verte a ti mismo en tercera persona

Cuando experimentas ese conflicto interior explicado en el punto #1. tu ego (tú) se rehusará a morir y pondrá sobre la mesa todos sus argumentos para que te aferres a ellos. La mayoría de las veces, no podrás resistirte para siempre y al final lo dejarás ir (por lo menos mientras dure el acid trip). Te sentirás libre, nuevo, sin ataduras existenciales ni creencias definidas. Serás capaz de verte a ti mismo (tu cara, tus gestos, tu forma de andar, pensar, caminar) en tercera persona, lo que te permitirá apreciar con total objetividad todos tus defectos y taras.

5- Sensación general de redescubrimiento y unidad con todo

Al morir el ego, tu mente vuelve a un estado intermedio entre la niñez y la adolescencia. En esta fase -que es la etapa final del acid trip- el mundo no te parecerá malo ni bueno, pero sí fascinante. Te sentirás capaz de hablar con cualquier persona sin el menor reparo, podrás sentir con mayor facilidad las intenciones de los demás y la sensación de "no puedo hacer esto porque yo no soy así" pierde sentido porque lo que definía ha muerto.