1- Budín de sangre.
Ni siquiera un vampiro quisiera probar este postre en donde la sangre de cerdo, vaca y ovejas se deja coagular hasta ennegrecer. Por si esto fuera poco, también a este pudín se le suele agregar fibras de la piel de los animales mencionados.
2- Pasta de murciélagos.
El título ya es lo suficientemente descriptivo, es tan asqueroso y raro que hasta los mismos asiáticos lo miran con recelo. El murciélago es hervido en leche aún estando vivo, se le corta en trozos y se le mezcla con hierbas y se le tritura formando un puré oscuro.
3- Sopa de cucarachas.
Los chinos no tienen problemas en admitir que comen perro, tarántulas y escorpiones, de hecho hasta muchos turistas terminaron chuándose los dedos luego de probar dichos alimentos. Lo que sí les da verguenza reconocer a la nación amarilla es la ingesta de cucarachas, en especial en sopa, puesto que ni siquiera se le cocina, solo se la deja hirviendo con el caldo.
4- Sesos de mono.
Plato popularizado por la película Indiana Jones y el Templo de la Perdición, en donde se los comía en forma de helado. No obstante, la presentación real sí es verdaderamente aterradora: se coge a un mono vivo, se le abre vivo el cráneo y se consume el cerebro en pequeños pedazos mientras el animal muere lentamente. Esta barbarie gastronómica ocurre en Guinea.
5- Cerveza de huesos humanos.
Nunca debe faltar algo de tomar en le mesa. Son comunes las cervezas hechas con escorpiones y/o serpientes, pero no es nada habitual enterarse de una que tenga un principio caníbal. Este brevaje se consume en la tribu Cocomo (Perú) y se prepara usando los huesos de parientes y otros seres queridos, bajo la creencia de que así su espíritu morará con ellos.
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