A un hombre guapo (o no tan guapo, quizá hasta feo) y exitoso (en nuestra sociedad éxito = dinero) es bastante difícil verlo sin una o varias mujeres detrás sin importar que tenga 20 o 50 años. Pero cuando se trata de una mujer es muy distinto: cuanto más éxito y edad tiene, el radio de pretendientes curiosamente se reduce ¿por qué ocurre esto? A continuación 5 razones contundentes, quizá crudas, pero reales al fin y al cabo:
1- A los hombres no les importa el dinero de las mujeres
La idea de que un hombre encuentre más interesante a una mujer por tener cierto estatus es solo la errónea proyección que una fémina hace de sus propios criterios de selección. A toda mujer le interesa que su hombre ideal tenga una billetera como mínimo saludable (pero mientras más llena, mejor). Por el contrario, ese interés no suele ser recíproco por parte del varón. A los hombres por lo general solo les basta que su pareja les parezca físicamente atractiva (y tratable), lo demás importa muy poco, en especial el dinero.
¿Cuántas mujeres ves que estén con un hombre por interés económico? miles, millones de seguro ¿existen hombres que estén con una mujer por conveniencia financiera? Claro que sí, pero es innegable que son poquísimos si los comparas con la situación inversa.
2- A los hombres les atrae la juventud, no la madurez ni el éxito
El fenómeno de las "maduritas" o las MILF lleva pocos años en la cultura popular y en el habla masculina, además de que va de la mano de prácticas nada naturales como las cirugías estéticas, o de circunstancias poco usuales como la buena genética o una rutina sufrida de actividad física. Pero en términos generales, una "veterana" promedio de 30 o 35 años en adelante atrae a muy pocos hombres, y éstos pocos interesados mayormente tienen de diez a más años de diferencia con respecto a ella. Por desgracia, sus coetáneos se sienten (y siempre se sentirán) atraídos por mujeres más jóvenes,y si son veinteañeras, pues mejor.
Sé que esto les parecerá machista y cruel a muchas mujeres, pero pónganse a pensar un momento y recuerden su mejor etapa cuando tenían a media población masculina detrás ¿los hombres que se ganaban su interés eran menores o mayores que ustedes? la respuesta se cae de madura. Hombres y mujeres somos distintos: mientras a las chicas les suele gustar un hombre que les pase por tres o más años, a los hombres les suelen gustar las mujeres menores. Es biológico, no hay ideología que pueda contra eso.
¿Cuántos viejos ricos y/o famosos ves con mujeres jóvenes? Muchísimos ¿Existen viejas ricas y/o famosas con hombres jóvenes a su lado? Claro que las hay, pero ni un ciego de nacimiento puede negar que la cifra es insignificante comparado al caso opuesto.
3- La hipergamia siempre es más fuerte en esas mujeres
La hipergamia es la parte más fuerte de la naturaleza femenina, ella impulsa a la mujer a buscar relacionarse con hombres que tengan mayor poder que el propio, o en el peor de los casos, el mismo. Ejemplos de eso hay de sobra: la enfermera se casa con el doctor; la doctora con otro colega, el doctor general del hospital o un ingeniero; la presentadora de TV con el actor más reconocido o el productor general de la casa televisora; etc.
Es rarísimo o imposible que la ingeniera se case con un camarero u otro hombre que ejerza un trabajo de menor reputación y reconocimiento ¿Cuántas veces has escuchado de aquel músico o deportista famoso que tuvo aventuras con sus fanáticas? miles de veces ¿Cuántos casos has escuchado de modelos codiciadas o actrices que eligieron un amante entre sus fanáticos? te aseguro que ninguno. Así funciona la hipergamia, y sí, también es biológico, no hay mucho que se pueda hacer al respecto.
Ahora ¿qué tiene que ver eso aquí? Muy simple, mientras más éxito tiene una mujer, menor es la cantidad de hombres que cumplan su inviolable requisito de igualarla o superarla en poder. Los demás hombres que muestren interés para ella simplemente no existirán. Es probable que ni siquiera se dé cuenta de ellos.
Lo triste aquí (para ellas) es que los hombres padecen de algo más o menos inverso a la hipergamia, por eso los varones exitosos difícilmente conectarán con mujeres de igual poder (peor aun si ellas tienen su misma edad o son mayores), prefiriendo a mujeres que ostenten un éxito menor. Nuevamente, estas paradojas instintivas tienen un origen biológico que se remonta a los ancestros homínidos.
En el mundo primitivo, en donde todo lo que importaba eran los recursos y la fuerza bruta para obtenerlos, la hembra se movía por la vida en busca de machos más fuertes y poderosos que ella para que la protegieran y le den hijos formidables; a su vez, el macho se movía en busca de hembras que se dejen proteger, subyugar y que ostenten juventud (señal de buena fertilidad). Nosotros los humanos modernos hemos heredados esos deseos profundos a la hora de buscar pareja.
4- Han desperdiciado su mejor etapa para atrapar a un hombre: sus 20´s
Por lo visto en los puntos anteriores, lo que al hombre más le interesa de una mujer es su atractivo físico y su juventud. La época de oro femenina en este punto está entre los 18 y 25 años, ocurriendo desde los 25 hasta los 30 una paulatina reducción de dichos atributos, para caer en picado y sin remedio a partir de los 35. Aunque hay excepciones, éstas no son la norma.
Las mujeres de tiempos más conservadores aprovechaban su edad dorada para conseguir pareja estable sin problemas, y no era raro que la conserven por muchos años o hasta la muerte. Pero a partir de la revolución sexual cada vez más mujeres decidieron usar sus mejores años para experimentar con varios hombres sin formalizar con ninguno, postergando la idea de una relación definitiva para cuando su poder de atracción se encuentre irremediablemente desgastado.
Es común que llegado a estas instancias muchas mujeres sientan una especie de odio oculto hacia las veinteañeras y un resentimiento hacia los hombres, llamándolos inmaduros, peter panes, etc. Si eres una chica que está entre sus 18 y sus 22, el consejo es que no desperdicien su mejor lustro (de 20 a 25) en planes que no les traerán buenas cosechas futuras. Si quieres vivir la vida loca (experimentar), bueno, dale duro dos años o tres, no más, porque aunque ahora no lo veas así, más tarde lo lamentarás, y lo que es peor, querrás culpar a otros de tus decisiones.
La flor de tu juventud es el mejor gancho para un hombre, inviértelo bien. Si este consejo te parece machista y misógino, bueno, continúa haciendo lo que hacen las demás hoy en día, es tu vida y es tu derecho, pero ojalá luego no lo lamentes ni acabes como las resentidas que no encuentran mayor escape que culpar a los hombres de su soledad.
La flor de tu juventud es el mejor gancho para un hombre, inviértelo bien. Si este consejo te parece machista y misógino, bueno, continúa haciendo lo que hacen las demás hoy en día, es tu vida y es tu derecho, pero ojalá luego no lo lamentes ni acabes como las resentidas que no encuentran mayor escape que culpar a los hombres de su soledad.
5- Muestran desesperación:
Muchas mujeres jóvenes hoy en día se sienten espantadas y hasta se burlan de los jovencitos de su edad por verlos con las hormonas revueltas, urgidos de sexo y/o afecto femenino. Bueno, esa situación cómica se suele invertir una vez que ambos pasan los treinta años: para ese tiempo la mujer experimenta los problemas mencionados arriba mientras que el hombre entra en su mejor momento (si es que aprovechó su tiempo para cultivarse y estabilizarse). Ahora es él el que puede elegir y discriminar. Ahora es él quien huye ante la desesperación de otras.
Muy bueno !
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