Club de alterne
1- Todas las trabajadoras sexuales son mujeres obligadas a prostituirse
Lo que los medios siempre muestran de la prostitución es un sórdido mundo de drogas y miseria en donde las mujeres (muchas con hijos) son casi esclavizadas por hombres malos que las obligan a acostarse con viejos desagradables. Esa es solo una parte del problema y en gran parte ocurre por lo mismo que la prostitución se trata de una actividad ilegal.
De hecho existen un montón de prostitutas independientes que no están bajo el mundo de nadie, sino que ellas brindan el servicio en su propio departamento y deciden cuántas horas trabajar al día. Si quieres recurrir a este tipo de chicas sin sentir culpabilidad, entonces mejor busca a una que trabaje de forma independiente.
2- Todos los clientes son feos, viejos, gordos, calvos y unos perdedores con el sexo femenino
Este es el más famoso juicio para avergonzar e intimidar a los hombres que recurren a estos servicios. Es obvio que muchos clientes entran en el perfil descrito arriba y que ven en las prostitutas la forma más óptima (quizá la única) de tener sexo. Sin embargo, este tipo de clientes en realidad no llega ni a la mitad. La mayoría de ellos son individuos de mediana edad para abajo, con un aspecto físico dentro del promedio y de ahí en adelante en atractivo, que tienen sexo tanto ligando como pagando.
3- La prostitución es muy atractiva para hombres con serios problemas de autoestima y necesidad de afecto
Muy similar al de arriba, este mito tiene como propósito avergonzar a los clientes o posibles nuevos clientes. La verdad es que la mayoría de clientes de prostitutas solo tiene una necesidad: tener sexo. En el peor de los casos, los problemas que pueden tener es de seguridad para abordar a una mujer en un bar, pero más allá de eso, poco o nada.
4- Las prostitutas odian y sienten asco de su trabajo
La mayoría de personas odian su trabajo o no están satisfechos con él. Cabe esperar que lo mismo ocurra con la prostitutas y que sean poquísimas las que disfruten del acto sexual sin importar con quién lo estén haciendo. No obstante, merece mención que estas chicas encuentran su oficio mucho menos desagradable que pasar 48 horas semanales en un trabajo convencional en una oficina, banco o cafetería, el cual les daría mucho menos dinero.
5- La prostitución es un foco seguro de SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual
No es un foco seguro si usas correctamente el preservativo y te abstienes de realizar prácticas de riesgo. Con toda seguridad se puede afirmar que el riesgo de pillar una ETS en un puticlub es más o menos el mismo que puede haber teniendo sexo casual con fulanas de bares o discotecas.
Hay un prejuicio sobre el sexo casual y otro sobre el sexo con prostitutas. Se cree, popularmente, que el sexo con prostitutas es de por sí cochino y lleno de virus y que, por el contrario, el sexo casual con una chica X es "más decente", más "limpio". Por tales razones se hace más hincapié en el uso del condón con prostitutas, pero a su vez se relaja el uso del preservativo en las relaciones ocasionales, siendo bastante común que se tenga sexo sin protección en este último caso.
Se trata de un despropósito. Por lo antes descrito, cabe esperar que haya chicas "decentes" con más probabilidades de infectarse que una prostituta.
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