Es el estereotipo más difundido en las películas estadounidenses. La rubia suele ser una adolescente muy guapa, a menudo de muy buen cuerpo y, como tanta perfección física despierta envidias suicidas, tiene que ser estúpida por excelencia.
No destaca en nada que exija el trabajo de sus inexistentes neuronas, pero si atrae todas las miradas al recorrer los pasillos de la escuela o universidad, sabe bailar bien, o por lo menos es una porrista con una voz lo suficientemente aguda para que el chico fortachón del equipo de fútbol, soccer o baseball la escuche y la prefiera por sobre las demás, que también son estúpidas pero no tanto, además de que tienen el cabello castaño. Ellos las prefieren rubias.
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Un tipo con una inteligencia lógico-matemática por encimo del promedio o incluso brillante, pero que es un inepto social a grado extremo, al punto de no poder hacer amistades ni relacionarse con el sexo opuesto en este mundo donde se mide el éxito masculino según su aceptación entre las mujeres.
Su imagen clásica es la de un chico bajo de peso o con exceso del mismo, con pantalones hasta el ombligo y lentes enormes. Aunque versiones más modernas se deshacen un poco de la ropa tradicional, optando por una vestimenta mucho más corriente, pero haciendo mayor énfasis en su nula vida sexual y apego a los libros o aparatos tecnológicos.
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Es un estereotipo muy marcado pero con ciertas variaciones según el contexto económico/social del individuo. En cualquier caso, lo que todos tienen en común es la predilección por el rap/hip hop y los ademanes callejeros.
Si el negro es de clase baja o media, es un joven o adulto que frecuenta la vida de barrio y los peligros que esta conlleva. Si es de clase alta, es un adulto que conoce la vida dura de la calle porque la vivió durante su adolescencia, y muy probablemente su dinero provenga del comercio de drogas u otras actividades ilícitas. Asimismo, gusta ostentar anillos gruesos de oro puro, collares también de oro, y exhibir con arrogancia todo lo que sus ancestros no tuvieron.
Un estereotipo menos frecuente del negro es aquel de mediana edad y de mayor nivel cultural (no necesariamente económico), que ama el jazz, toca el saxo o el piano, canta y anda muy relajado por la vida (no por drogarse) sin mostrar la actitud agresiva y arrogante que caracteriza a los otros estereotipos de su raza. Comúnmente viste de manera formal.
4- El árabe.
El normal que se incluya en la misma categoría al indio. Aquí el estereotipo depende mucho del poder económico del individuo. Si es de una clase modesta, reside en Occidente y es dueño de una bodega o carnicería de barrio donde se lleva bien con la mayoría de los clientes, aunque algunos aspectos de su trabajo no sean del todo agradables, como la higiene de su mercadería y su trato duro con cierto sector de la población como las mujeres jóvenes y los niños pequeños.
En cambio, si es de una clase acomodada no se trata de un rico, sino de un megarico en su propio país de origen, un jeque que mueve varios millones y se permite actos libertinos a escondidas aun cuando su apariencia transmita un fuerte acercamiento a la fe islámica. Además, posee autos de lujo, mansiones, yates, y tiene a todos sus hijos estudiando en las mejores universidades de Europa.
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5- El chico malo.
Este personaje es narcisista, desafiante, indiferente, a menudo agresivo e insensible. Sin embargo, es el personaje que hace patente que las relaciones entre los sexos no han cambiado tanto desde nuestros ancestros cavernarios, puesto que "el chico malo" es quien más atrae a las mujeres, siendo un dolor de cabeza para su opuesto, el "chico bueno", que no consigue a ninguna chica por más que actúa de forma caballerosa, atenta, sensible y comprensiva, tal como su querida madre le aconsejó de niño.
El chico malo común es el que anda cubierto de ropa de cuero o con poca ropa para exhibir sus músculos, cuenta con una moto, un auto o, si no tiene muchos recursos, le basta con una forma de caminar un tanto ruda y con actitud. Su seguridad se refirma llevándose un cigarro a la boca, despertando la psicología inversa de una mujer ignorándola cuando esta la rechaza, etc. Asimismo, escucha rock o metal pesado, práctica billar y apuesta dinero en juegos de azar.
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