1- El amor todo lo puede.
El amor romántico deidifica al amor como algo que se impone incluso por encima de la muerte. La verdad es que el amor de pareja es más débil de lo que a los enamorados les gustaría. Sólo basta ver que las más de las personas tuvieron más de una pareja en sus vidas, que rompieron por cosas tan materiales como la falta de dinero, la distancia por estudios en el extranjero, por infidelidades, por deformidades accidentales, etc. Sin mencionar los matrimonios que se mantienen sólo por comodidad, por seguridad, por miedo a la soledad, etc.
2- Todos somos bellos.
Usualmente la frase es "toda mujer es hermosa", solo que la modificamos un poco para evitar las quejas de una feminista gorda y peluda. Resulta que la gente fea sí existe y, aunque en teoría busquemos relativizar en extremo el asunto estético o darle mayor importancia a los valores, esto por desgracia solo queda en el discurso, mas no en la práctica.
Claro, es evidente que los canones de belleza nunca han sido los mismos en el tiempo ni en todas las culturas, pero el punto es que la idea de belleza existe, y la de fealdad también, lo que incluye el rechazo a la misma.
3- Todo se puede con voluntad.
Esta es la máxima de los amantes del optimismo e idealismos en general. Postula, casi sin miedo a equivocarse, que con voluntad se puede hacer frente a todas las adversidades y salir de cualquier pozo sin importar cuán profundo sea. Si bien la voluntad es muy importante para superar obstáculos, no conviene ignorar que somos seres que desempeñamos un papel muy secundario en este mundo y que nadie es demasiado fuerte para cierto tipo de circunstancias y contextos.
"Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa" (Albert Camus).
4- Todo se paga en esta vida.
Esta creencia, que no necesariamente es dicha por alguien con fe religiosa, sostiene que nadie se va a la tumba sin haber recibido de su propia medicina en cuanto a maldades. Es decir, abogan por una especie de justicia divina. Lamentablemente, la justicia es un invento nuestro y a la naturaleza nada de eso le importa. No todos los actos buenos son recompensados ni los malos castigados. No todos los grandes esfuerzos consiguen grandes logros, ni todos los mediocres logran pequeños premios.
Frases como "todo se paga en esta vida" o "siempre llega la recompensa" son solo consuelos para no desmoronarnos ante la injusticia que caracteriza a la vida y no perder las ganas de seguir. Basta conocer a genocidas y corruptos extremos que se fueron de este mundo sin pagar absolutamente nada por sus males, para deducir que dicha maldad gratis es más frecuente en las personas de a pie.
Hay quienes ven reafirmadas sus creencias en el karma o justicia divina al ver a sus conocidos recibiendo cucharadas de su propia medicina, lo cual es solo un sesgo de confirmación bastante débil que se desmorona apenas alzan la mirada un poco más allá.
5- Las cosas pasan por algo.
La lógica de esta frase es que nada ocurre por azar o capricho, que todo tiene un propósito. Siempre funciona a manera de consuelo. Que si esa pareja a la que tanto amaste te dejó, es porque en realidad no te merecía, que la vida te quiere enseñar a saber despedirte o que una persona mejor te está "esperando". Si te despiden del trabajo y tienes un montón de deudas, que es una prueba mandada por dios para que ganes fortaleza y busques soluciones quizá más provechosas, etc.
Lo gracioso es que a menudo esta expresión llega a convertirse en una paranoia del sentido, donde se le quiere ver propósito trascendental hasta a lo más descabellado. Por ejemplo, si te da cáncer, es porque dios quiere hacerte valorar más la vida y que ayudes a otros; si tu madre se muere, es porque ella ya se merecía un descanso y la vida quiere que madures, etc.
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