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lunes, 30 de noviembre de 2015

5 HUECOS ARGUMENTALES de DRAGON BALL poco o nunca mencionados.


1- El miedo injustificado de Shenlong.


Una de las escenas de La Batalla de los Dioses que causó risa entre los nuevos fanáticos de la serie y decepción entre la vieja audiencia, fue la parte en donde el legendario dragón se sintió intimidado ante el dios de la destrucción. Apenas se entera de su presencia, se asusta, se le quiebra la voz y muestra una personalidad miedosa que fue repetida en el episodio 9 de Dragon Ball SUPER.

Veamos, el poder de Shenron o Shenlong consiste únicamente en cumplir deseos, no se espera lo mínimo de él en combate porque ni siquiera es su función. Es un ser sagrado que siempre inspiró autoridad cada vez que fue invocado, y nunca ha mostrado emociones ante nadie, manteniéndose neutral como alguien de su rango.

¿Por qué entonces se asustó ante Bills?


No es aceptable argüir que tembló ante el inconmensurable poder del dios, para nada. De ser una cuestión de poderes superiores a los propios, habríamos visto al dragón temblar hace décadas cuando el máximo terror conocido era Piccolo Daimaku con apenas 260 unidades de ki, más que suficientes para fulminarlo de un solo ataque.

Tampoco se puede aducir que se trataba de la presencia de un dios, puesto que él mismo es un dios ¿entonces vale que se ponga suave ante dioses más poderosos? 

De ser así, habría tenido que hacerlo en el capitulo 192 de Dragon Ball Z ante Piccolo que tenía dentro de sí a Kamisama. Asimismo, hubiéramos visto a Porunga mostrando cierta pleitesía  frente el Supremo Kaio Sama y su ancestro en el episodio 286, durante la pelea final contra Kid Buu. Sin embargo, con ellos el dragón de Namek se mostró indiferente.



2- Hasta Krilin puede destruir un planeta.


En el universo de Dragon Ball, se supone que destruir un planeta entero no es cosa sencilla. Se requiere un inmenso poder que como mínimo rivalice con el de Freezer en su primera forma. Así uno ya tiene lo necesario para levantar la mano y crear una bola de energía que arrasará con todo. Ese fue el inolvidable impacto visual que generó el Emperador al destruir el ex-planeta Plant.

Y bueno, parece que dicho impacto quedó muy bien en la retina de todos los seguidores, pues hasta la fecha no he visto absolutamente a nadie sacar a flote tremendos detalles y curiosidades que comprometen de forma grave la reputación de un destructor de planetas. No es necesario hacer mucha memoria para reconocer que Freezer no marcó ninguna diferencia al respecto.

Solo hace falta remontarnos a la saga saiyajin en Dragon Ball Z, específicamente durante la pelea entre Gokú y Vegeta. En el momento crucial, justo cuando se van a medir las fuerzas del kame hame ha y el garlick ho, Vegeta advierte que su ataque es capaz de convertir a la Tierra en polvo. Se puede pensar que eran solo fanfarronerías. No obstante, hay evidencia de lo contrario.


Muy pocas personas recuerdan la visita de Vegeta y Nappa al planeta Arlia (ver episodio) antes de invadir el nuestro. En él, luego de asesinar a su élite guerrera y al rey tirano, el príncipe de los saiyajin con solo levantar el brazo despide un rayo que pulverizó el planeta. Hacerlo no le demandó ningún esfuerzo, y en aquel entonces su poder era extremadamente menor al del emperador Freezer.

Por si esto fuera poco, el punto es más crítico de lo que uno se puede imaginar, ya que hay más hechos que convierten la habilidad de destruir planetas en una simple vulgaridad.  Ahora hay que situarnos a la etapa inicial del anime, en donde los personajes tenían poderes de escala bastante corta y que no llegaban ni siquiera al 200 de ki.

Durante el torneo de las artes marciales, en la pelea entre  Gokú y el Maestro Roshi (bajo su alter ego Jackie Chun), el anciano se siente obligado a destruir la luna para frenar a su discípulo que en ese momento es un mono gigante. Es así que con un kame hame hace lo suyo, demostrando que con 130 unidades de ki su poder equivale a miles de bombas atómicas. 

Si lo anterior fue posible, entonces no es sorpresa que en el capitulo 8 de Dragon Ball Z, la luna haya sido fácilmente destruida por segunda vez a manos de Piccolo en su desesperación por aplacar a un Gohan Ozaru. Para hacerlo tampoco invirtió gran fuerza; de hecho, esquivar los ataques del mono le costó mucho más trabajo.

Teniendo en cuenta que la luna no es un planeta y que es un cuerpo diez veces más pequeño que la Tierra, se podría concluir que Roshi y Yajirobe son los únicos guerreros Z que siempre se mantuvieron incapaces de acabar con uno. Todos los demás llegaron a alcanzar el poder suficiente para lograrlo, por lo menos en el anime junto a sus disparatados rellenos. 



3- ¿En el futuro no existe el otro mundo?


Muchos fans de Dragon Ball Z coinciden en que la mejor saga de la serie es la de los androides, esto por la naturaleza apocalíptica de la misma, ya que nos enteramos de un futuro en donde todos todos mueren y donde la esencia del anime (las esferas del dragón) pierden su razón de ser llevando el metaverso a una fase realista, y con eso me refiero al hecho de que la muerte se vuelve irreversible

Lamentablemente, a pesar de ser un drama muy bien logrado, presenta una poderosa inconsistencia: la sola muerte de Gokú y los demás guerreros no basta para dejar al mundo abandonado a su suerte. Recordemos que luego de morir tras la pelea con Raditz, Gokú mantuvo recados desde el otro mundo y se preparó durante un año para enfrentar a los saiyajins que vendrían a la Tierra.


Es cierto que las circunstancias de aquella muerte fueron distintas a su caída tras la enfermedad cardíaca, empezando por el hecho de que ya no era posible revivirlo. Sin embargo, hay que recordar que poco antes de pelear con Cell, Gokú se encargó de conseguir un reemplazo para Kamisama (ya que este se fusionó con Piccolo) con el fin de que las esferas del dragón regresaran.

Gokú tras su muerte a manos del virus del corazón, probablemente no hubiera tenido interés en revivir sino en entrenar, porque no había amenazas cerca y no tenía el don de las premociones como su padre para anticipar el arribo de los androides, por lo que se deduce que estos aparecieron repentinamente y mataron a todos los guerreros (excepto Gohan y Trunks) quizá en un mismo día.


A partir de ese momento no hay excusa que justifique el silencio de Gokú, él tranquilamente pudo haberse comunicado con su hijo a través de Kaiosama para que ingrese a la habitación del tiempo, con eso habría evitado muchos años de impotencia y sufrimiento. Asimismo, pudo hablar con Bulma para que viaje a Namek y busque al reemplazo de Kamisama. Así habría sido posible revivir a todos con nuevas esferas terrestres.

Pero Gokú se quedó callado, sin justificación alguna. Tanto en la OVA "Los Guerreros del Futuro" como en la saga de los androides, se menciona que existen varios futuros, esperemos que siquiera en alguno de ellos Gokú haya hecho algo desde el más allá para que su hijo se prepare en la habitación del tiempo y derrote a los androides, además de recuperar las esferas para revivir a todos.


4- El Zenkai de la Tierra ¿el planeta aumenta su "poder"?


Nuestro mundo es un lugar hostil que presencia a cada momento distintos niveles de conflicto, entre ellos el más temible y en donde todo tipo de diplomacia ha fracasado: la guerra. Y sin duda, el mayor temor es que se desarrolle otra a escala mundial en donde las naciones poderosas empleen sus bombas atómicas.

Según este blog especializado, tenemos suficiente arsenal (23.300 armas nucleares) para acabar con todo tipo de vida, pero esto es en extremo insuficiente si se desea destruir el planeta, porque para eso se necesitarían al menos un millón de bombas atómicas. Eso quiere decir que un planeta es inimaginablemente resistente.


Sin embargo, en una entrada anterior concluimos que la destrucción de un planeta en el mundo de Dragon Ball, lejos de ser una acción de inconcebible habilidad como se transmite, es una banalidad que hasta el mismo Krilin y Yamcha tienen el potencial de hacer. O incluso también Chaoz si tenemos presente el anime con todo y sus rellenos (este es un blog sobre el anime, no sobre el manga). 

En pocas palabras, el poder de los guerreros Z, excepto Roshi y Yajirobe (que es más fuerte que el maestro pero carece de técnicas), como minino, equivale a millones de bombas nucleares, y en caso de Gokú y Vegeta -a estas alturas de la vida- a varios quintillones que podrían destruir todos los planetas del universo conocido tanto en la vida real como en la serie.


  
Ahora, sin necesidad de pensar en números ni buscar datos científicos, es evidente que si destruir un planeta es tan fácil para varios personajes, resulta inquietante que durante las peleas lluevan ráfagas de bolas de energía, rayos de poder, etc, que impactan con la Tierra y apenas terminan destruidos vulgares porciones de suelo y, en el mejor de los casos, ridículas cantidades de hectáreas.

Freezer, el enemigo más débil entre los grandes (olvidando su reciente fase dorada) destruyó en su primera forma al planeta Vegeta sin ningún esfuerzo. Siendo Cell Perfecto extremadamente más poderoso que él, la Tierra debió ser destruida con la bola de energía más insignificante de su repertorio. Con mayor razón Super Buu que era incomparablemente superior.


Las pocas veces que se intentan parchar estos huecos en el globo es cuando nuestros héroes están a punto de lanzar su ataque más poderoso sobre el enemigo, como por ejemplo Gokú con su Kame Hame Ha sobre Cell y Vegeta con su Final Flash sobre el mismo. En ambas ocasiones los demás guerreros Z se preocupan de que estas técnicas no impacten sobre la Tierra, porque la destruirían.

Sin embargo, esto no alcanza para justificar la inconsistencia del asunto. Y esto empeora en Dragon Ball SUPER, donde Bills, un enemigo de nivel nunca antes visto, es capaz de destruir un planeta empleando una bola de poder del tamaño de un fréjol. No obstante, en su breve pelea contra Buu Gordo lanza un enorme ataque que impacta sobre el mar y apenas provoca unas cuantas olas.



En la misma saga, un episodio antes de la visita de Bills a la Tierra, el temible dios se enfrenta con Gokú en el planeta de Kaiosama. Dejando a un lado que los poderosos golpes de Gokú en el suelo apenas hacen temblar al pequeñísimo planetario, es flagrante que en fase SSJ3 arroje un Kame Kame Ha sobre su superficie y apenas la traspase como un palo en una manzana. 

Es decir, hace años atrás vimos a un Gokú que ni siquiera llegaba a SSJ2 cuidándose de arrojar un Kame Kame Ha sobre la Tierra para no destruirla, pero aquí vemos a un SSJ3 que arroja el mismo ataque (obviamente decenas de veces más poderoso) sobre un planeta ridículamente más pequeño y solo le hace un hueco. Si el parche no bastaba, ahora menos.


    
Con todo este disparate, que sin duda se podría ampliar mucho más, solo se pueden concluir dos cosas:

_ El planeta de Kaiosama será tristemente pequeño, pero tiene una densidad similar a la del Big Bang antes de explotar y originar el universo.  

_ La Tierra es de naturaleza saiyajin, se hace mucho más poderosa tras cada ataque recibido desde las primeras peleas en las que participó Gokú desde niño, y en donde estuvieron involucrados ataques de energía. Todo eso con el propósito de seguir siendo un escenario capaz de soportar conflictos de dimensiones más que cósmicas sobre su terreno y atmósfera.


5- Los humanos ganaron ojos súper sónicos.

No solo la fuerza es lo que muestra la magnitud del poder de pelea en Dragon Ball, sino también la velocidad. De hecho, este es el factor que más se valora en todo momento durante la serie, tanto en los entrenamientos con las peleas. Sin embargo, a lo largo de todas las sagas hay un terrible detalle en el cual, curiosamente, no hay una coherencia con respecto a la capacidad visual humana.

La escena más temprana y memorable que demuestra la increíble velocidad que puede tener un guerrero bajo duro entrenamiento, se ve durante la pelea entre Gokú y Tamborine, uno de los hijos corruptos de Picollo Daimao. Primero, Gokú es humillado por el demonio alado, pero luego de lo que vendría a ser su primer Zenkai, nuestro héroe asusta al enemigo mostrándole su velocidad.


Durante ese encuentro Gokú presenta uno de los niveles más bajos de toda la serie, mostrando aun así una rapidez extremadamente superior a un luchador aficionado, y con mayor razón si lo comparamos con un humano cualquiera que no sabe pelear, que no tiene fuerza y que habría muerto sin ninguna esperanza en caso de caer de un barranco como lo hizo Gokú siendo un bebé.

Se deduce entonces que si Tamborine, siendo un gran luchador de facultades extremas, se siente desorientado al ver a Gokú correr alrededor suyo, un humano cualquiera, que solo se preocupa por sus asuntos diarios, ni siquiera sería capaz de ver ráfagas de movimiento hiperveloz, sino escuchar algún sonido raspante y misterioso en el mejor de los casos.  



Pero Gokú ni sus compañeros se conformaron, puesto que los posteriores entrenamientos les dieron progresivamente mayor fuerza y velocidad. La lógica parece respetarse al menos durante la pelea entre Gokú (ya joven) y Mayunia, donde nadie del vulgo lograba verlos en batalla y miraban para cualquier otro lado. Hay que tener en cuenta que en ese tiempo ellos tenían apenas 400 de ki. 

Si un ser humano común no consigue ver pelear a dos súper guerreros de 400 de ki, lo sensato es esperar que sus ojos estén completamente fuera de juego durante todas las peleas que vendrían luego, en donde nuestros héroes elevarían sus capacidades de cientos a miles, de miles a cientos de miles y, en el caso de los de sangre saiyajin, de cientos de miles a varios millones.



Curiosamente, la pelea de Gokú contra Cell Perfecto logra ser cubierta por unos reporteros y los ojos del patético de Mr Satan. Claro, no consiguen ver los cuerpos moviéndose, sino ráfagas del movimiento lo suficientemente notables para que el camarógrafo consiga seguirlos con la cámara la mayor parte del tiempo. Absurdo absoluto porque los peleadores deberían moverse a la velocidad de la luz..

Ahora, un detalle aún más escandaloso ocurre en el torneo de artes marciales de la saga de Buu, específicamente cuando pelean Goten y Trunks, que siendo niños cuentan con al menos un millón de ki. Es chocante como los humanos no consiguen ver la pelea entre dos luchadores de 400, pero si logran seguir sin muchos problemas a dos rivales infinitamente superiores.


Para no extenderme demasiado, les haré recordar otros dos despropósitos extremadamente más terribles, pero de forma breve:

a- Los humanos consiguen ver la pelea entre Gokú SSJ3 y Majin Buu, no contentos con eso, logran reconocer quién es quien.


b- Mr Satan es mucho más fuerte que un humano corriente, pero es una bacteria comparado con un súper guerrero. Aun así, es capaz de esquivar los ataques de Kid Buu con los ojos cerrados.



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