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martes, 26 de junio de 2018

Todo empresario es medio psicópata (5 argumentos)

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Gordon Gekko

1- Los empresarios son bastante manipuladores

El objetivo vital de todo empresario es generar rentabilidad, o sea dinero; para conseguir ello, maquillan sus intenciones y alteran el ambiente que los rodea para "ennoblecer" lo que otros tienen que hacer por ellos a cambio de un poco de plata a fin de mes.

De ahí nacen esos departamentos de humo como son las comunicaciones internas y los recursos humanos, con el fin de hacer que los trabajadores (llamados convenientemente "colaboradores") sientan satisfacción ante su propia esclavitud tras quedarse horas extras sin cobrar y sacrificar feriados.  

2- Sus relaciones con otros se basan en extraer lo máximo, devolviendo lo menos posible

Todas las interacciones que tienen los empresarios con los demás (negociaciones) llevan el disfraz de "ganar-ganar", pero en realidad consisten en solicitar un gran beneficio a costa de dar uno menor, maquillándolo para que se vea lo más atractivo y equitativo posible a ojos del interlocutor. Estamos en realidad ante un juego de poderes donde se pretende vender la ilusión de que ambos se verán igualmente beneficiados, cuando en realidad lo más probable es que uno obtenga un kilo de papas y otro una bolsa de papitas Lays llena de aire.

Ni qué decir cuando hablamos de sus relaciones con la clase trabajadora, donde les exigen a los candidatos varias habilidades que incluso están fuera de su área profesional, además de mucha disponibilidad de tiempo. Por si esto fuera poco, esperan a que cobren poco, porque el tontín que cobre menos y ofrezca más de su tiempo y su cerebro será el "afortunado" de trabajar para estos camaleones.

3- Tienen poca o ninguna empatía, pero sí que exigen que otros la tengan

La empatía está dentro de las soft skills que esta gente demanda en quienes se convertirán en sus "colaboradores". Esa virtud la necesitan a la hora de demandar mayor entrega, A.K.A: quedarse horas extras o venir algunos feriados o fines de semana sin cobrar para "apoyar en proyectos importantes para todos".

Lamentablemente, esta empatía es solo unidireccional, porque cuando se trata de que ellos la tengan no hay forma de que puedan demostrarla, porque su dinero y sus proyectos siempre serán lo más importante aunque lo camuflen con manipulaciones discursivas para rechazar o despreciar una necesidad o solicitud urgente de su "colaborador". 


4- Tejen ante los demás un "complejo" disfraz de humanidad 

Como saben que sus verdaderas motivaciones son solo egoístas, temen que el mundo les dé la espalda y dejen de generarles ganancias. Por esa razón le dan la importancia a eso que se conoce como "construir y gestionar su reputación", con el objetivo de venderle propósitos humanos a los demás. 

De no ser porque la Sostenibilidad o Responsabilidad Social Empresarial manejan tantos millones detrás, casi ninguna empresa se tomaría la molestia de alinearse a las ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) ni sentiría preocupación alguna por la humanidad ni el medio ambiente. 

5- Cosifican al resto

Por mucho que estos camaleones digan que ven a sus equipos de trabajo como "componentes humano", la verdad es que para ellos solo son un número usado para aumentar otros números más importantes en sus cuentas bancarias.
Cualquier discurso y práctica "humanitaria" que sostengan en favor de ellos, es solo un recurso de manipulación para retener "talento" y para evitar que esta época de hipertransparencia (redes sociales y empoderamiento ciudadano) les ponga en evidencia como meros explotadores de necesidades. 


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