Escrito por Perukistán
1- Rara vez apoya el feminismo por motivos ideológicos
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Esto es lo primero que hay que asimilar para comprender el tema. El feminista es un hombre, normalmente entre 18 y 28 años, que en muchos casos no se limita a apoyar teóricamente el establecimiento de una sociedad más justa con la mujer (cosa que en principio es noble), sino que tiene diferentes grados de activismo que van desde compartir estados de facebook concientizando sobre la violencia a la mujer, hasta asistir a marchas feministas con performances extrañas y humillantes desde cierto punto de vista, como ir en sostén o usando vestido mientras la amiga va en topless cogiéndolo del brazo.
Muy bonito todo, pero lo verdaderamente simpático aquí es que la mayoría de hombres inmersos en este movimiento no lo hacen por motivos ideológicos, ni por tener sinceros deseos de que se consolide el llamado "empoderamiento femenino". Lo que los mueve la gran mayoría de las veces es el deseo de meterse bajo una falda. Es similar a cuando vemos en el bar a ese chico que le invita copas a una chica y le hace conversación con el evidente deseo de robarle un beso y llevársela a la cama, todo bajo el pretexto noble e inofensivo de "querer conversar con alguien interesante, nada más". Tal cual.
La mayoría de feministos solo apoyan lo que apoyan por la creencia de que los vistos buenos femeninos pueden equivaler a atracción afectiva o sexual. Nada más iluso y falso.
2- Tiene muchas amigas, pero casi siempre está soltero
Urbanian
Eso es lo que pasa. Los chicos feministas tienen miles de amigas en facebook y decenas de amigas en la vida real, con las que no solo comparten espacios en manifestaciones, sino también en salidas de compras, restaurante, reuniones, etc. No obstante, lo curioso es que la relación entre este tipo de chico y sus amigas no es la misma que la existente entre ellas y sus demás amigos hombres, sino que se parece más a las dinámicas sociales entre las mujeres con sus amigos gays.
Algunos le dicen esta gran verdad al muchacho, pero este solo opta por negarlo o por decirle que no le importa porque a las mujeres también las ve como amigas y "ya llegará la indicada, no estoy desesperado como ustedes, pajilleros". Pero en el fondo la realidad le pesa y la evade como puede, porque no está en lo que está por motivos ideológicos, si es que hace falta repetirlo.
3- Ataca constantemente a su género en espera de atención femenina
CrazyBusters
El tipo comprometido por el feminismo constantemente habla mal de su propio sexo usando frases como "masculinidad tóxica", "odio a esta sociedad falocéntrica y patriarcal", "muy bien chicas, las apoyo totalmente, los hombres hemos sido históricamente un absoluto asco". El feministo por lo general vierte ese tipo de comentarios en redes sociales, raramente lo hace en la vida real porque incluso él sabe que se ve patético haciendo tal cosa. Y se emociona con cada like que recibe de su "harén" de amigas, fantaseando con que al menos un par de ellas lo vea como "el príncipe azul antipatriarcal que tanto estaba buscando".
Lo mejor ocurre cuando experimenta lo que típicamente pasa fuera de toda actividad por la causa: esa chica con cabellos de colores (y fan de Frida Kahlo) lo llama para contarle sus penas con aquél novio controlador que le trata como a una bolsa de abono, con el que siempre termina reconciliándose luego de desahogarse con él. O más gracioso aún: como en una fiesta él habla sobre temas muy profundos y nada sexuales con alguna chica (que se aburre terriblemente al escucharlo) porque "la respeta porque tiene madre", mientras sus amigas empoderadas y feministas están bailando una canción de Maluma con un tipo tatuado que tiene toda la pinta de que las jalará por los pelos si no consigue acostarse con alguna.
De darse dicha situación hostil, el hombre feminista probablemente intervendrá como buen salvadoncellas, recibirá un buen puñete por parte de él y ni un beso por parte de ella (que le seguía el juego al tipo peligroso todo el tiempo).
4- Cuando está frustrado o borracho se olvida del feminismo
Cartel Urbano
Es muy común que en una borrachera entre chicos (sin ninguna mujer a la que espantar, ya que no quiere perder "mercado") el feministo suelte frases igual de machistas que sus compañeros como "esa perrita no afloja fácil", "yo la respeto como a mi madre pero ella se deja tratar como mierda por el macarra ese, que se joda", "el que folla pagando, acaba ahorrando", "tú siendo un machista follas porque te fijas en perras, yo no me fijo en perras... pero se comportan como perras con otros y no conmigo, putamadre, no entiendo", etc.
Luego que pasa el momento y la resaca, vuelve a la mismo.
5- Es un misógino en potencia, mucho peor que "los machistas"
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Por todo lo exhibido anteriormente, y aunque el feministo lo niegue, mucha angustia y resentimiento se va acumulando en su interior, uno incluso mayor que el "machista" sin éxito con mujeres por tímido o feo, puesto que él invirtió en ellas más que una copa o una cena: invirtió su dignidad, su tiempo, su dinero; negó sus verdaderos deseos, sus verdaderas intenciones, sus verdaderas ideas, despreció a amigos, etc... todo para nada, para ser visto como otra amiguita más del grupo o como una especie de plan de jubilación para cuando una de sus amigas pase la treintena y quiera sentar cabeza. Cuando él por fin logra interiorizar todo esto y lo acepta, el odio es inevitable, en especial porque muchas veces despierta cuando ya es tarde para reparar los daños producidos.